EL CARAJAL DE LA IZQUIERDA

Dentro de Sumar de Yolanda Díaz, hay un carajal entre los que están sin estar, los que  están por si acaso pillán algo y los que no quieren estar. Todos dicen querer sumar, pero pocos hacen por sumar en Sumar. La sensación que transmiten es de jaula de grillos, en el que se han logrado reunir a muchos colectivos, con sus respectivos líderes, que difieren entre sí sobre muchos asuntos y están sumidos en un pulso constante por el liderazgo personal y organizativo.

No menos carajal hay en IU, a saber, son tres corrientes las que se disputan suceder en la Coordinación Federal a Alberto Garzón, al que incluso ya antes de dimitir no se le echaba de menos. Gran trabajo el suyo en dilapidar aquella referencia que tan gratuitamente se le concedió entre propios y extraños.

Esta fractura en IU no debe sorprender, ya que en aquella asamblea del PCE en donde el actual Secretario General renovó en el cargo con el 54% de los votos dejándose en el camino algo más del 30% de los apoyos obtenidos inicialmente, se veía venir la división que necesariamente se tenía que trasladar a IU, por razones obvias, como así ha sido.

El relevo de Alberto Garzón como Coordinador Federal de Izquierda Unida ha sacado a relucir una fractura en forma de tres corrientes: la que encabeza la Ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, la auspiciada por la federación andaluza junto a una parte de la maquinaria del PCE que han rescatado al ex dirigente regional Antonio Maillo, y la de quienes cuestionaron en su día los términos de la confluencia con Podemos y ahora hacen lo propio con Sumar.

En esta última corriente se integran básicamente los que sacaron los colores a Enrique Santiago en su reelección, hasta el punto de que su renovación como Secretario General del PCE estuvo en el aire hasta el último momento, que lidera José Antonio García Rubio, cuya carta de presentación es haber sido miembro de la Ejecutiva de Cayo Lara.

A Rego, unos y otros le echan en cara el haber lanzado unilateralmente su candidatura para hacerse con el liderazgo de la organización y de la que recelan por su indisimulable sintonía con la Vicepresidenta Segunda y Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, así como, por considerarla mayoritariamente como la sucesora natural de Garzón y por apostar por un modelo de partido más presidencialista, es decir, con una figura de Coordinador General con mucho poder en vez de una dirección más colegiada.

La Federación Andaluza y la mitad del PCE han recurrido a Antonio Maillo. Por otra parte, complicada debe estar la cosa cuando han tenido que recurrir al ex dirigente andaluz para forzar a alcanzar un acuerdo de mayoría a modo de salvar los muebles y evitar la confrontación interna que nadie desea, pero que pocos trabajan para evitar. Poco se entiende que Maillo en eso de la búsqueda de un consenso empiece recomendando a Yolanda Díaz que aplique la «humildad» en sus planteamientos políticos.

En esta fractura interna dentro de IU hay mucho de oportunidad de pasar pretéritas facturas y saldar cuitas pendientes, no menos de consignas y argumentarios, y muy poco de responsabilidad en cuanto a la realidad social y económica en que vivimos.

Con este lío no sorprende que la dirección de Sumar haya relegado hasta el quinto puesto a un representante de IU en las listas europeas tras Compromis, Más País y Comuns, que sí han tenido cubiertas sus expectativas. Un quinto puesto que al parecer tiene pocas posibilidades de conseguir el acta de Eurodiputado según las encuestas, lo que ha generado cierta desazón y rechazo por parte de IU. ¿Qué corriente interna de IU se llevará el quinto puesto o el cuarto, de fructificar las presiones? ¿Los pro, los contra o los mediopensionistas respecto a Sumar?

Al parecer, en IU aquello, que por pasiva y activa se decía y con razón, de que lo importante no son los sillones, si no los programas, va perdiendo validez.

Puño en Alto


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